Tirando lana - El Siglo de Torreón - 14 Mayo 2010

Por: ENRIQUE IRAZOQUI
NO HAGAS COSAS BUENAS...
No cabe duda que estamos en el peor de los mundos en Torreón. Como no hay absolutamente nada que haga contrapeso al Gobierno monopólico local, ya se hace lo que pase por la voluntad única de Humberto Moreira.

Si en el pasado reciente Torreón sufría por el pleito tonto que el anterior alcalde de Acción Nacional sostenía con el gobernador constitucional del Estado (cosa que el panista nunca entendió) hoy el escenario es diametralmente opuesto: ya no hay un presidente osco y pendenciero, ahora es una autoridad municipal servil que no se atreve siquiera a decirle al titular del Poder Ejecutivo estatal que hay ciertos detalles de identidad muy local torreonense que sin interferir en los designios del profesor, pueden ser tomados en cuenta para un mejor desempeño en beneficio de los ciudadanos.

Esto viene al caso porque meses atrás ya desde Saltillo se proyectó la creación de una gran plaza que tendrá una extensión de dos hectáreas y que contempla usar la cuadra donde está edificada la presidencia municipal.

Hace ya meses se sabía de que esta idea estaba en la mente de Moreira, y que los funcionarios municipales pues sólo hacían el trabajo necesario para que esta idea se consumara. Lo cual desde ayer ya se inició. El desalojo consensuado (eso tiene mucho mérito, sin duda, de la capacidad del Gobierno Estatal) de las viviendas y del Mercado Villa de las tres cuadras situadas entre las calles Ramón Corona y Galeana y las avenidas Morelos y Abasolo, especificando que la cuadra del edificio de la presidencia municipal será desalojado.

En las páginas de El Siglo de Torreón se consigna con precisión el sentimiento de las personas que han dejado las propiedades que hasta por décadas fueron sus moradas, pero el tema de fondo es poner en la palestra si realmente vale la pena la destrucción de la propia presidencia municipal, y el gasto que ello significa, porque sencillamente la demolición desaparecerá un bien inmueble propiedad de la comunidad.

En Saltillo por cierto, ya también arrancaron con una obra similar, por la calle General Cepeda, apenas a unas cuatro cuadras del Palacio Rosa, y ya han hecho añicos construcciones, justo a lado de la Secretaría de Finanzas del Estado. Si hasta eso, el gobernador está repartiendo parejón, si a la capital le hace una plaza bonita, lo mismo pensó para Torreón.

Así las cosas, no parece que sea lo más lógico en el manejo del erario, derrumbar un inmueble de apenas 30 años de construcción, por el hecho de darse el gusto el profesor de hacer bellas explanadas porque su gusto urbanístico así lo ha indicado.

Es equivocado pensar que nunca es bueno derrumbar para hacer de nuevo, tal es el caso del derribamiento que Moreira ordenó con toda razón y valentía del tristemente célebre Distribuidor Vial Revolución, para dar paso al Sistema Vial Revolución, aunque el gran pendiente es que no hubo la voluntad política para sancionar a los responsables del daño patrimonial que causó que los puentes desaparecidos hayan sido construidos deficientemente, pero la decisión de tirarlos por supuesto que fue correcta.

Incluso, el proyecto del parque sobre el lecho del Río Nazas, es también valioso, aunque el cariz de pleito perenne con la Federación puede estar sobrando. Vaya es innegable que el estado de Coahuila ha tenido con él en este sexenio a la administración local en que más obra ha hecho, el mejor posicionado, pero el capricho de tirar la presidencia, con todo y la plaza bella que van a hacer, es un dispendio.

Es totalmente ocioso pensar que algo detendrá la obra, pero con todo y su capacidad de gobierno y su bien ganado control político, en esta ocasión la creatividad y el dinero, pudieron haber sido utilizados para por ejemplo, realmente rescatar de verdad el Centro Histórico o arreglar el adefesio que fue la solución de los comerciantes ambulantes removidos de las banquetas de la Juárez e Hidalgo o solucionar el problema de estacionamiento. Hay muchas cosas por hacer, lástima en esta ocasión, pero seguro la próxima plaza va a quedar bien.